Son nuestra mejor carta de presentación y nuestro medio de contacto “directo” con todo lo que nos rodea. Con las manos saludamos, acariciamos, tocamos y cogemos mil objetos a diario. Están expuestas a los agentes climatológicos (sol, viento, frío o calor extremo) y también sufren la acción agresiva de los productos de limpieza que se utilizan habitualmente (y en muchos casos sin guantes).
Las manos requieren cuidados específicos que consigan mantenerlas jóvenes y bonitas. En ocasiones son las grandes olvidadas, pero si no se las trata convenientemente puede ocurrir que presenten signos de envejecimiento prematuro. Unas manos estropeadas, secas, rugosas o con manchas deslucirán tu imagen de conjunto y te echarán años encima aunque tu rostro derroche juventud, salud y luminosidad.
Para presumir de manos, debes hidratarlas a diario (incluso por la noche si presentan síntomas de descamación) y además, realizar exfoliaciones periódicas que les devuelvan su suavidad. Tienes a tu alcance productos específicos pero también puedes recurrir a la cosmética natural haciendo en casa sencillas mascarillas
Algunas mascarillas exfoliantes que puedes aplicar cada dos o tres semanas tras lavar y secar escrupulosamente tus manos son:
1. Mezcla 4 cucharadas de aceite de almendras dulces con una de azúcar. Aplica y extiende por ambas manos frotando con suavidad. Aclara con agua.
2. Trocea y aplasta con tenedor 2 o 3 fresas e incorpóralas a medio yogur natural. Utiliza esta sencilla mascarilla como exfoliante. Notarás el efecto “arrastre” de células muertas que realizan a la perfección las pequeñas semillas de las fresas.
3. Si quieres al mismo tiempo exfoliar y nutrir, mezcla en medio vaso de leche unas cucharadas de copos de avena ligeramente triturados (puedes hacerlo también con yogur). Extiende por toda la mano con movimientos circulares para limpiar en profundidad y deja actuar unos 15 minutos para que las vitaminas, minerales y aminoácidos de la avena alimenten y revitalicen tu piel.
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